Incendios simultáneos ponen en jaque la seguridad en Chillán y Ñuble
La región de Ñuble enfrenta una alarmante temporada de incendios forestales, marcada por un aumento significativo en el número de siniestros y la extensión de hectáreas consumidas.
Según Juan Salvador Ramírez, director regional de Conaf, este año ya se han registrado 145 incendios, un 30% más que en el mismo periodo de 2023, afectando 1.300 hectáreas, frente a las 200 del año pasado.
Ramírez destacó que todos los incendios registrados han sido producto de negligencias humanas.
«Hacemos un llamado a las medidas de prevención: despeje zonas, establezca áreas de protección y, si usa herramientas que generen chispas como galleteras o soldaduras, tenga las herramientas necesarias para evitar incendios», enfatizó.
El 2 de enero fue una jornada especialmente crítica para Chillán, con varios incendios simultáneos que pusieron a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades.
Uno de los incidentes más complejos ocurrió en la Ruta 5, donde un incendio que consumió 9 hectáreas generó nula visibilidad en la carretera.
Esto obligó a Carabineros a cerrar temporalmente el tránsito en dirección sur a norte para permitir que los equipos de emergencia trabajaran con seguridad.
«El sistema funcionó a la perfección, pero nos vimos complicados por la simultaneidad de los incendios», explicó Ramírez, destacando la labor de los brigadistas, empresas forestales y equipos de respuesta.
“Más del 97% de los incendios se controlan en sus primeras dos hectáreas, lo que refleja el esfuerzo y preparación de los equipos”.
Ante este panorama, Conaf insistió en la importancia de la prevención y la responsabilidad ciudadana para evitar más daños.
«Estos incendios tienen un impacto devastador, no solo para el medio ambiente, sino también para la seguridad de las comunidades y la infraestructura crítica», advirtió Ramírez.
Las autoridades regionales han reforzado los equipos en terreno y las estrategias de monitoreo, pero recalcan que la colaboración de la ciudadanía es crucial para reducir los riesgos en lo que promete ser una temporada de incendios particularmente difícil.